jueves, 7 de julio de 2011

Es el mismo Messi

     Un nuevo compromiso de Leo Messi con la Selección Argentina reabre el debate sobre la razón de que el considerado mejor futbolista del Mundo (categorización improcedente en un deporte colectivo; aclaro para quien no conozca ya mi punto de vista sobre este asunto de los premios individuales) no rinda con la albiceleste del mismo modo al que nos tiene acostumbrados en su club.
     Hay periodistas deportivos de gran alcance mediático que con sus opiniones perpetuan atavismos, ideas preconcebidas que llevan años arraigadas en el imaginario deportivo. Y otros, que callan cuando escuchan estos argumentos medievales, se convierten en cómplices de una mediocridad deportivo-intelectual que nos hiere en lo más profundo de nuestras humildes mentes a aquellos que hemos dedicado años de nuestras vidas a estudiar la complejidad de los deportes colectivos.
     Ayer mismo un tertuliano de un programa de deportes de Canal + defendía con vehemencia que Messi tendría que rendir igual en cualquier equipo en el que jugara. Este tertuliano de cabello blanco no es periodista deportivo, pero sí lo eran algunos de los que estaban con él. Entre ellos alguno de los más prestigiosos y afamados de este país. Y ninguno abrió la boca para rebatir esta idea. Resulta que todos están de acuerdo en que Messi tiene que jugar igual de bien sea cual sea el equipo del que forma parte.
     Pues resulta que esto no va así, señores. La 'Teoría del PCFútbol' defiende que si juntas a los “mejores” jugadores (o a los más valorados) haces el mejor equipo. En el popular juego bastaba con fichar a esos jugadores con media de 90, 91 o 92 puntos para que tu equipo ganara los partidos por goleada. De hecho daba igual poner a un delantero de central o a un lateral de mediocentro. Lo importante es que fuese el mejor valorado. Y muchos periodistas deportivos, que por descontado no han leído a Martí Perarnau, siguen pensando que esto va así también en la vida real. No saben nada de roles, subroles, redes de comunicación motriz, educación física de base, génesis y estabilización de automatismos, táctica dinámica y semiótica. Y les da lo mismo. ¡Porque es más fácil decir que Messi no rinde en Argentina por factores socioculturales!
     Messi no rinde en Argentina porque la matriz donde ha de desempeñar su rol no es la misma matriz en la que ha aprendido, donde se ha desarrollado y donde ha sublimado su talento. El Barcelona habla un idioma único, que sólo dominan aquellos que se han formado durante casi diez años en los campos de La Masía. Algunos jugadores “externos” lo aprenden, no sin gran esfuerzo, y forman parte de esa maravillosa orquesta futbolística en la que se ha convertido el conjunto catalán. Pero son muy pocos. Messi ha encauzado durante años todo su talento natural para integrarse en una máquina perfecta, y es ahí, donde todos hablan el mismo idioma, cuando se convierte en ese superhombre. Pero es el equipo el que lo convierte en figura destacada, mediente una aportación bidireccional que es santo y seña de la dinámica barcelonista: yo cumplo mi función en la orquesta y esta me encumbra a las más altas cimas. Mi talento se desactiva en cuanto salgo del Camp Nou porque son mis compañeros los que lo subliman. Cuando me alejo de esos jugadores que hablan el mismo idioma que yo, tanto ellos como yo perdemos nuestro poder. Podemos regatear bien, controlar mejor, chutar excelentemente. Porque somos buenos técnicamente. Pero ni nos acercaremos a lo que somos cuando formamos parte de nuestro grupo. Esto lo saben lo ex-jugadores culés que han intentado seguir su camino en otros equipos, con otro idioma que no dominan. Casi ninguno ha rendido como de él se esperaba. Fuera de su hábitat natural el canterano del Barça se diluye hasta convertirse en una sombra de lo que era. Y Messi, fuera del Barcelona, está sujeto a las mismas leyes. Pero no son burdas falacias socioculturales, sino leyes científicas perfectamente enunciadas, comprobadas y estudiadas. Pero tal vez demasiado complejas para ser defendidas en una charla de café.